Le observó y se acercó a él lentamente, el aceite se esparcía por toda la sala... el corazón le dio un vuelco, dirigió su mano hacia la herida y la congeló sin tocar los cables. El le miró "No deberías llorar por una maquina", con dulzura ella le puso una mano en la mejilla y le susurró que todo iría bien. 


El entrecerró los ojos y ladeó la cabeza, dejándola caer suavemente, realmente parecía un niño dormido después de un exhausto día..... sin embargo tiempo se escurria entre sus dedos, "aceite... solo una vez.... mi última vez", le abrazó y de su espalda surgieron dos grandes alas, una blanca y la otra negra, la luz y la oscuridad, la innocencia y el pecado. Acercando sus labiós a los de él le dió  de beber su sangre que, lentamente se convertía en aceite. 


Una luz ámbar indicó que él empezaba a renacer... pero ella no estaría allí para verlo, cayendo silenciosamente al pecho de el y todo se volvió oscuro, "voy a morir...." pensó. Ambos quedaron sumidos en un sueño  mientras una tercera figura los cubría con una manta esa susurró "Ahora yo cuidaré de vosotros dos"