,

3.00 am: Amsterdam

25.6.11

Fruto de un rol con Ayako. (Lady Moth)
La música que suena en la recepción del hotel es esta.


"3.00 am: Perros"


Era una tarde lluviosa como tantas otras en Ámsterdam. El vaho escapaba de las bocas de los transeúntes, los vapones de los locales inundaban el ambiente y solo el sonido de la lluvia y las ruedas húmedas de los vehículos sobre el asfalto creaban aquella melodía que tan familiar era para las personas que habitaban en la ciudad. Pero dentro del aquel hotel, uno de los más lujosos de la capital, el ambiente era completamente diferente. La música sonaba melodiosa y cálida por la estancia. Cada detalle estaba cuidado con una delicadeza exquisita. Solo el nítido brillar de los dorados botones de los debotos empleados del edificio ya era algo digno de ver. La primera planta la compartían la recepción, un pequeño salón y un restaurante. A aquellas horas ,como cabía de esperar, la barra albergaba algún que otro cliente acompañado de sofisticadas copas de alcohol. Una de las puertas principales giratorias del edificio comenzaron a moverse y tras escasos segundos, dos hombres adultos entraron casi a tropezones en la estancia. Estaban empapados, quizás la lluvia les había sorprendido en mitad de su trayecto o quizás el simple recorrido del taxi al interior del hotel había sido suficiente para humedecer sus figuras de aquella forma. 


Le fascinaba la manera como todo relucia impoluto.. las barandillas limpias.. la moqueta del suelo lisa y libre de suciedad. "como es de esperar" pensó para si mismo mientras encendía un cigarro , unos Nat Sherman rainbow. En el hotel no se podía fumar pero... quien le diría nada al heredero de la cadena Engel -suspiró complacido por lo que veía- calma, música agradable y una buena barra con licores exquisitos. Bajó el ultimo peldaño de la escalera cuando algo distrajo su atención.  Quienes eran esos dos tipos que entraban? es decir... "como habian entrado?"- se preguntó. 
 Los miró unos instantes allí, de pié con el cigarro en la mano.... "bah.. vagabundos en busca de dinero"- pensó mientras iba hacia la barra del hotel en busca de un buen whisky.


A juzgar por la actitud de ambos hombres, lo mínimo que cualquier persona que se mantuviese en la sala en ese momento y podría pensar sería que ambos estaban bebidos. Uno de ellos era notablemente mayor, quizás rondara los cuarenta años. Sin embargo, el otro era más corpulento y alto , y a pesar de ello, contrarrestaba esa posible impresión que pudiese causar en ojos ajenos, con un rostro propio de una mujer si se obviase su semblante serio y expresión dura, así como una mandíbula propia de la constitución masculina. Vestía un abrigo de piel que casi le llegaba por las rodillas. Se apreciaba a un largo trecho que aquella piel no era de calidad ni muchísimo menos. Quizás le hubiese adquirido en alguna tienda de segunda mano, quizás en un mercadillo, o como era el caso, perteneció a su madre. El joven se revolvió el pelo mojado con la mano y comenzó a deshacer aquel pesado y empapado abrigo de piel de su cuerpopara dejarlo luego sobre el mostrador de recepción. Mientras tanto, el otro hombre que le acompañaba, pedía una nueva llave de la habitación, alegando casi en un grito que la habían perdido por un despiste, y riendo luego. Sí, definitivamente estaban bebidos. El apuesto joven de su lado dejó ver un jersey de lana oscuro que hacía un fuerte contraste con su clara piel y las manchas que ésta presentaba. La lana estaba ajada por algunas partes, así como unos pantalones también oscuros de cuero sintético. También era fácil de intuir la procedencia del resto de prendas del chico, así como los zapaos con una leve plataforma que finalizaban su indumentaria. Sebastiën comenzó a reir al unisono del hombre mayor mientras se acercaba y lamía con desacaro su mejilla una vez:
La musica seguía sonando intentando maquillar esa particular escena, no pudo evitar girarse para mirar quien habia sonado tan desagradable carcajada rompiendo así la magia del momento.. "su" momento. 


-Seguro que aún queda un rato para que te den la llave.. cuando me necesites avísame.. Estaré en el bar..- Susurró en su oreja. Entreabrió los labios lentamente y atrapó con ellos el lóbulo de ésta, echando un rápido vistazo al bar del restaurante, donde se dirigiría. Con tales actos y jaleo, tenían todas las miradas de la estancia sobre ellos.
El les miró con ... repulsión.. - movió el vaso de cristal levemente - si.. tal vez esa era la palabra mas adecuada. Fijó sus ojos en el liquido de este sin decir nada y - irritado - echó un trago bebiendo el dulce nectar. El bartman, atento a sus movimientos, se acercó rapidamente para llenarle otra vez el vaso. Tal vez su cliente sería generoso y soltaría una propina.


Otra vez esta nostalgia.. ·"no era bueno beber por la noche" se dijo a si mismo medio perdido en sus pensamientos. El muchacho tras esa muestra de desvergüenza se dirigió al bar con un paso más firme que el que mucho de los espectadores de la escena hubiese podido predecir a juzgar por la supuesta ingesta de alchool que había sufrido y la plataforma de su calzado. Nisiquiera se molestó en girarse hacia el tipo que, como podia constatar, ya empezaba a levantar murmullos entre los pocos asisntentes de tan patetica actuación.


Conforme avanzaba, su rostro se iba endureciendo y borró por completo la sonrisa y expresión que había mostrado apenas escasos pasos atrás. Caminó hasta el bar y se sentó en uno de los taburetes en la barra, en el único sitio en el que a esas horas, estaba libre. Miró hacia su lado levemente alzando la mano y con escuetas palabras pidió lo que deseaba: 
-Una copa de absenta.. de la verde.. 
El bartman vaciló unos momentos antes de valbucear lo que pretendia ser una pregunta: 
- En que habitación está alojado?
Él esbozó una sonrisa sin levantar la mirada de su vaso.


Dedicó una fría mirada al hombre, manteniéndose durante unos segundos en silencio y prosiguiendo luego: 
- Soy la fulana de ese ejecutivo de recepción.. ha perdido la llave y el personal está quebrándose la cabeza para conseguir una copia. Claro que si no quiere servirme no hay problema, luego reclamará él por el servicio tan magnífico que me ha prestado el bar del restaurante.. supongo que es eso...
Sonrió dulcemente al hombre, mientras se acomodaba sobre la barra apoando los hombros en ésta y el rostro en sus manos:
- Y tú, capullo.. si vuelves a sonreír te tragas la corbata.. 
 El cerró los ojos y movió otra vez el vaso, luego giró la cabeza para mirarle. Era joven.. de unos 28 años, su pelo corto y la perilla poco poblada contrastaba con la palidez de su rostro. Pero lo mas llamativo fueron esos ojos que quedaron desvelados al abrir el los parpados.... Un azul intenso, claro, arisco.. penetrante. Luego, en un gesto de sorna dio un trago, dejando el vaso de ron - seguramente caro - a medio terminar encima del mostrador y se levantó acomodándose la corbata.
- Sírvale lo que pide, yo invito..



Sebastiën lo observó con curiosidad. Le sorprendía el parecido que tenía con su hermano.
El bartman no se lo pensó dos veces y se apresuró - con manos temblorosas - a servirle la absenta bajo la atenta mirada del desconocido que le había "invitado".. él alzó una ceja al ver cómo este obedecía tan rápidamente. Rió con suavidad: 
- qué bien.. rápido como un perro.. 
- Si hay dinero por en medio todos son perros - espetó su efímero acompañante mientras se alejaba.
Tomó rápidamente la copa que contenía el absenta y avanzó por el vestíbulo tras el hombre, pero acercándose al mayor que aún estaba allí en recepción. Se acercó a él dando previamente un trago a la bebida y estremeciéndose por el gran contenido de alcohol de ésta, pues alcanzaba al menos los 65 o 70º: 
-Cielo.. estoy muy.. muy.. muuy cansado.. Si no lo solucionas me caeré aquí.. y me echaré a dormir sobre esa hermosa alfombra.. Será como sentirse una musa de Muccha, adornado con un hermoso fondo y una melodía que engrandece el alma.. 
El ejecutivo ya cansado por tanta palabrería frunció el ceño, apartándolo de él con fuerza y haciendo que parte del absenta se derramase de su copa:
-Cállate, coño! Solo sabes decir tonterías..

Cosa que fué objeto de una mirada funesta del recepcionista.. que fué derivando a terror cuando vió que el joven de ojos azules se acercaba hacia ellos. Bien que conocía a ese hombre.. el heredero del hotel mismo que estos dos "animales" pisaban y que habían manchado con el alcohol."Irritante" pensaba mientras avanzaba hacia ellos, podia tolerar un empresario y su "puta" pero que mancharan la perfección de su hotel.. no, eso no. Se aclaró la garganta deteniendose delante de ellos:
 - Puedo ayudarles en algo caballeros? - su voz era grave pero tampoco ruda, denotaba masculinidad y dominancia. 



Algo se movió dentro del joven holandés tras esas palabras. Se aproximó a recepción y depositó con cuidado allí la copa,mirando al que había sido su acompañante a los ojos con ese gesto duro y frío como la calle que rodeaba el hotel: 
-No volverás a hablarme así.. No soy tu perra..No soy tu puta.. Si accedí a hacerte compañía fue porque entiendo que tu mujer se haya divorciado y tus hijos no quieran saber nada de tí.. pero si lo que pretendías era encontrar una.. una zorra a la que insultar una noche.. vas..muy mal.. - Se volvió para mirar por última vez a aquel joven de ojos azules que tanto le había hecho recordar a Peter- Al menos no por mi parte.. - Tomó con un silencioso suspiro su abrigo empapado de la mesa de recepción. Pese a todo, aquel hombre se negaba a dejarlo marchar y lo tomó de la muñeca con fuerza,casi haciéndolo tropezar: 
- Pero qué dices?! Estate quieto, ya han ido a pedir la llave!
 El se acercó sin decir nada a la pantalla que el recepcionista miraba apurado y luego se acercó a ellos otra vez:
- Por favor, si es tan amable de soltar al caballero...
El hombre negó,apretando más la muñeca del joven y mirando al joven propietario del hotel con ojos desorbitados - N-no.. no.. - Miró a Sebastiën casi suplicante,tirando de él hacia su cuerpo- Te pagaré, te pagare.. cuánto quieres? eh? dime, vamos.. 
De dios sabe donde sacó unas llaves y las depositó en la mano de Sebastien ignorando por completo al otro:
- Su suite ya está preparada, ruego que perdone los inconvenientes. Ya sabe, fallos tecnicos..  Esbozó su mejor sonrisa. Luego miró al empresario:
- Por favor, no me obligue a llamar a seguridad.
El hombre frunció el ceño, tirando con fuerza de Sebastiën: 
-Dame eso! Esas llaves son mías!! 
El joven no lo soportó más. Miró a los ojos al hombre que le apretaba la muñeca y comenzaba a cortarle la circulación de una forma dolorosa:
- Suéltame o te cortaré esa mierda que te cuelga entre las piernas..
El no pudo evitar reprimir una carcajada, luego haciendo don de su talento para actuar murmuró las classicas palabras: 
- No me deja otra alternativa que... 
Dos hombres corpulentos sujetaron al hombre haciendo que soltara a Sebastiën.. todo en una especie de ritual, sin levantar la voz ni alterar al resto de clientes que intentaban adivinar que sucedía en la entrada del hotel.


 El joven suspiró aliviado una vez estaba suelto y observó con la frialdad que hacía gala la escena. El hombre se retorcía y gritaba su nombre además de varios insultos al director y el resto de presentes. Los ojos azules del holandés de posaron con alivio en los del hombre que se mantenía a su lado y le tendió la mano con la llave: 
-No puedo pagar esto.. Si no quieres una "agradable" sorpresa...mañana, cógela.. por  favor.. Su voz era más calmada y podía intuirse un leve transfondo de dulzura. Se había sentido protegido durante unos segundos como lo hizo con aquel italiano en Japón hace ya varios años. Ninguna persona le había aceptado como era, pero ese hombre había estado a las puertas.

-Almenos permitame invitarle a una copa. - murmuró ante la atónita mirada del recepcionista


Observado de mas cerca se notaba que tenía dinero, olia bien, seguramente a su colonia favorita: Nº1 for men de Clive Christian . Sebastiën negó levemente, depositando con delicadeza las llaves sobre la mesa de recepción del hotel, aún con el abrigo empapado en la otra mano: 
- Luego no sabré volver y me sentiré mal si paga un taxi.. Será mejor que me marche, ya he causado demasiados problemas - Sebastiën optaba por una forma de vida económica. Peter le ofrecía un piso,por lo que las ganancias de su trabajo las adquiría netas. Sin embargo,no aparentaba poseer dinero. A pesar de todo también tenía un aroma agradable y que casi era de adivinar por su extraña forma de ver el mundo: Flowers de Kenzo. 





Adoraba la sutileza y el androgismo de aquel perfume japonés. El volvió a mirar el Rolex, las 3 de la madrugada. Sonrió:
- Todos los locales están cerrados caballero. Ni que "quisiera" no encontraría nada donde alojarse, y aquí tiene su suite pagada.- murmuró de manera que solo ellos dos podían oirlo. - En fin..- dijo alzando la voz y apartandose de él - espero que su estada haya sido agradable. Se alejó teatralmente hacia el ascensor. Sebastiën suspiro desviando la mirada tras esas últimas palabras. Detestaba que le susurrasen, le hacían sentir y provocaban su vulnerabilidad. Susurró a su vez mientras el hombre de alejaba:
- Pero no la he pagado yo.. 
Desvió la mirada al recepcionista con una suave sonrisa:
- Disculpe las molestias.. 
El pulsó el botón para llamar el ascensor, un "clinc" avisó de que estava listo.  Las puertas se abrieron alejándolo de ese suceso puntual... entró y las puertas se cerraron. El recepcionista miró al desconocido:
- Señor... disculpe mi intromisión... pero... - se acercó a él como evitando ser visto - Acaba de rechazar una oferta del dueño de esa cadena de hoteles.
"Ah... el dinero volvía a todos perros."  El encendió un cigarro mientras abría la puerta de su suite. Grande, espaciosa, amueblada con los mas exclusivos muebles y a la penumbra. Avanzó hacia la mesilla de cristal y encendió la lampara que envolvió la estancia de una calidez falsa. Encendió el tocadiscos - clásico donde los hubiera - y empezó a sonar Chopin, su pianista favorito.


Bueno, si has llegado hasta aquí te mereces un monumento :__D es la historia que empieza a nacer con un rol con Ayako y de la que estoy mas que satisfecha. La verdad es que me hacia ilusión pasar la conversación en forma de novela y aquí está. Espero poder seguir con tan fascinante relato. Muchas gracias, en especial a ella.. pues sin su niño esto no sería possible.<<



You Might Also Like

1 comentarios